Mío:
Es tan dura esa palabra, la aprendemos a decir desde niños (ese juguete es mío, esa comida es mía...) que quizás lo aprendimos de los mayores (no toques el ordenador que es mío...)
Mi:
Esa palabra tan sutil y tan comprometida a su vez...
Pues ahora la voy entendiendo, me va conquistando y siento que me lo merezco.
Mi vida.
Mi Galicia.
Voy con los ojos abiertos,
comniéndome Galicia,
de foto en foto.
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