pongo música, y enciendo el incienso,
cierro los ojos,
dejo que la música haga su trabajo, me engatusa,
llama a mi alma que desea poseer a la Musa.
Entonces se cuela ella, entra,
y en los brazos me hace cosquillas,
pasan por el estómago una fila de hormiguitas,
ata un nudo en la garganta,
de una ahogada risa a carcajadas.
Silenciosa pero sonriente,
quiero gritar desde el vientre,
y que me escuche toda la gente.
y que se queden pasmados al verme.
Y ya cuando se ha cansado la musa de su visita,
te abandona pero deja su rastro, su olor,
sobretodo casi sigo oyendo su risita,
y tengo ganas (o la obligación)
de pintar este mundo bicolor.
ANGELS
1 comentario:
la inspiracion ...
la musa..
Publicar un comentario